Desde hace millones de años habitan en las montañas, sabanas y pastizales del Altiplano Andino las más finas y nobles criaturas que los antiguos habitantes andinos nos pueden haber legado.

Los camélidos andinos, el Verdadero Oro de los Incas, alpacas, llamas, guanacos y vicuñas son parte viva de nuestra historia, nos han dejado innumerables muestras de lo valioso que fueron para la realeza Inca, cómo alimento y materia prima, haciendo uso de la fibra más fina del mundo creando las más delicadas y cálidas prendas textiles.

Las fibras de alpaca tienen una amplia gama de 22 tonos, desde e l color negro, pasando por los marrones, grises, blancos e incluso granate conforman los colores naturales de esta fibra maravillosa.
No contiene lanolina (el aceite que se encuentra en la lana de oveja), por lo que retiene menos polvo, alérgenos y bacterias. Es resistente al olor, manchas, fuego y a las arrugas. Además, toma y retiene los tintes sin perder su brillo. Es más ligera, cálida y fuerte que la lana de oveja. Las fibras de la más alta calidad se sienten más suaves y lisas que la de achemira. Los productos hechos en alpaca son inusualmente fáciles de cuidar y duraderos.